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El resurgir profesional de los detectives privados en España: de las infidelidades al fraude corporativo

12 de mayo de 2025

La profesión de detective privado en España ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas. Tradicionalmente asociada con la investigación de infidelidades y asuntos personales, esta ocupación ha evolucionado hacia un enfoque más centrado en la investigación de fraudes financieros, absentismo laboral y otros delitos económicos. Este cambio refleja las transformaciones sociales, legales y económicas que ha vivido el país.

Julio Gutiez, director general de Mira Detectives y candidato a presidir la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), destaca que en los años 80, aproximadamente el 80% de la facturación de los despachos de detectives provenía de investigaciones relacionadas con temas de pareja o familiares. Sin embargo, con la evolución de las leyes de divorcio y la disminución de la necesidad de pruebas de infidelidad para procedimientos legales, este tipo de casos ha disminuido considerablemente, representando actualmente entre el 5% y el 15% de los ingresos, dependiendo del despacho.

En la actualidad, los detectives privados se enfrentan a desafíos más complejos y sofisticados. Uno de los campos en auge es la investigación de fraudes laborales, especialmente el absentismo laboral. Gutiez señala que existen “profesionales del absentismo”, personas que encadenan bajas laborales para trabajar en otros lugares de forma no declarada o para prolongar disputas con sus empleadores. Este fenómeno, que incluye casos donde empleados aprovechan bajas médicas para realizar otras actividades remuneradas, representa un costo significativo para las empresas y la seguridad social.

Además del ámbito laboral, los detectives privados han ampliado su campo de acción al sector financiero. Con la globalización y la internacionalización de la economía española, muchos inversores extranjeros recurren a detectives para realizar investigaciones exhaustivas antes de realizar inversiones en el país. Estas investigaciones van más allá de las auditorías tradicionales, verificando la existencia real de empresas, la autenticidad de sus operaciones y la integridad de sus directivos. Este tipo de diligencia debida es especialmente común entre inversores de países como México, Venezuela, Perú y Colombia.

A pesar de la creciente demanda de sus servicios, los detectives privados en España enfrentan desafíos regulatorios. La Ley de Seguridad Privada de 2014 dejó ciertos vacíos legales que permiten a personas sin licencia realizar actividades similares a las de un detective, siempre que no incluyan seguimientos. Esto ha llevado a que algunas empresas establezcan unidades de investigación interna sin contar con profesionales debidamente licenciados, lo que puede comprometer la calidad y legalidad de las investigaciones.

Gutiez aboga por una regulación más clara y uniforme del sector. Actualmente, los requisitos y criterios para las inspecciones y la presentación de informes anuales varían, lo que genera incertidumbre y dificulta el ejercicio profesional. Una regulación más precisa permitiría a los detectives colaborar de manera más efectiva con las fuerzas de seguridad y las instituciones públicas, especialmente en la lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales.

La colaboración entre detectives privados y las fuerzas de seguridad ya existe en programas como la Red Azul de la Policía Nacional y el Plan Coopera de la Guardia Civil. Sin embargo, Gutiez señala que estas colaboraciones se centran principalmente en delitos comunes y no abarcan áreas donde los detectives podrían aportar información valiosa, como el fraude fiscal o el blanqueo de capitales. Establecer canales oficiales para compartir esta información podría ser beneficioso para la sociedad en su conjunto.

La evolución de la profesión también se refleja en el perfil de los detectives. Lejos de la imagen estereotipada del detective con gabardina, los profesionales actuales requieren formación especializada en áreas como finanzas, derecho y tecnología. La complejidad de los casos y la necesidad de manejar grandes volúmenes de información exigen habilidades analíticas y conocimientos técnicos avanzados.

A pesar de estos avances, el sector enfrenta desafíos en términos de visibilidad y reconocimiento. Aunque el número de licencias de detective ha aumentado, pasando de 3.700 en 2009 a más de 7.000 en 2025, el número de profesionales en ejercicio ha disminuido a aproximadamente 1.300. Esto se debe en parte a las dificultades para establecerse en un mercado competitivo y a la falta de apoyo institucional.

Para fortalecer la profesión, es esencial que los detectives privados establezcan relaciones más sólidas con instituciones clave como el Ministerio del Interior, el Ministerio de Justicia y las fuerzas de seguridad. Además, es importante que la sociedad reconozca el valor de su trabajo y la contribución que pueden hacer en la prevención y detección de delitos económicos.

En conclusión, la profesión de detective privado en España ha evolucionado significativamente, adaptándose a las necesidades de una sociedad en constante cambio. Aunque enfrenta desafíos regulatorios y de reconocimiento, su papel en la lucha contra el fraude y en la protección de los intereses económicos es más relevante que nunca. Con una regulación adecuada y una mayor colaboración con las instituciones públicas, los detectives privados pueden desempeñar un papel crucial en la construcción de una sociedad más justa y transparente.

Fuente: Elconfidencial.com